Según cuales sean las necesidades de información de nuestro cliente, se elaboran diferentes clases de dossiers personales o informes, recopilando información de diferentes fuentes, que se usan para tomar decisiones importantes en distintos momentos de la vida particular o empresarial.
Bancario: Entidades relacionadas, cuentas pasivas, fugas de capital, operaciones encubiertas.
Comercial: Relaciones comerciales a crédito y ampliación del riesgo.
Personal: Situación económica, familiar, laboral y hábitos.
Laboral y pre-laboral: Vida laboral, referencias y conductas
Mercantil: Actividad, órganos sociales, incidencias judiciales, depósitos, información estratégica.
Patrimonial: Localización de bienes a nivel nacional para herencias o embargos.
Pre-judicial: Antecedentes policiales y judiciales, crédito moroso, negociación de deudas.
Registral:Registro Civil, B.O.R.M.E., patentes y marcas, dominios de Internet.
Solvencia: Determinación de poder adquisitivo y estatus aparente, predicciones de riesgo.
Herencias: Últimas voluntades, determinación de parentesco, localización de familiares.
Vehículos: Relación de vehículos por titular (coches, motos, embarcaciones y aeronaves).
Telefónicos: Determinación de titularidad, tráfico de llamadas y SMS, whatsapp, números ocultos.
Detectives hay muchos pero tu caso no puedes dejarlo en manos de cualquiera. Tienes que asegurarte de contratar un profesional legalmente habilitado y con experiencia.
¡No corras riesgos!
La profesión del detective privado está regulada por la Ley 5/2014 de 4 de abril de Seguridad Privada y su Reglamento que la desarrolla. Esta ley obliga a todo detective a exhibir su número de licencia (TIP) y del Registro Nacional de Seguridad Pública (RNSP) en todo tipo de documentos y publicidad que emita. Una garantía añadida te la dará contratar a un detective colegiado que se obliga al cumplimiento de un estricto código deontológico.
